Busca dentro del blog:

miércoles, 14 de septiembre de 2011

LAS CRONICAS DEL VIAJERO III

NOSTRADAMUS: EL VIAJERO DEL TIEMPO
                                                        
A partir de muchas conversaciones que he sostenido con mi gran amigo y colaborador, Mauricio Ortiz, sobre la manera de cómo fue posible la visión de Nostradamus he creído conveniente resumir y transcribir esas valiosas conversaciones, ya que creo que significativamente podrán iluminar en algo lo que hasta el momento se ha escrito sobre él.

Debo decir que efectivamente y más allá de todo comentario en contrario, Nostradamus si visionó el futuro. Lo señalo con una profunda convicción al estudiar por décadas su extensa obra y lo minuciosa y detallista que llega a ser, sobretodo, cuando se sabe qué es lo que está diciendo y la manera de cómo lo dice.

Lo primero que debemos considerar es que una persona que accede a tales visiones, estás son independientes de la voluntad, es decir, no se tiene control alguno sobre la secuencia visionada ni menos en una persona que está supuestamente en trance. En otras palabras, tales visiones no se pueden pausar como para apreciar detalles precisos ni tampoco pueden ser rebobinadas o a voluntad repetirse o vueltas a repetir.

Por otra parte, si agregamos que son imágenes que están más allá de la estructura mental conceptual de un hombre que pertenece al siglo XVI, lo cual originaría que la capacidad de asombro simplemente sería desbordante. Esto es muy esencial para comprender que tampoco un sujeto en ese estado de trance y excitación, pudiera escribir, y sobretodo estructurar (estructura poética) lo que escribe. (Cuartetas)

Tales visiones que nos muestra Nostradamus reflejan otras características poco comunes: Veamos

1) Las visiones plasmadas contienen muchas veces elementos precisos de los personajes. Períodos de nacimientos, períodos políticos, etc. Lo cual es indicativo que él maneja la temporalidad de manera exacta. Es decir, maneja el tiempo exacto de los sucesos. Esto nos lleva a deducir entre otras cosas, que la distribución de las cuartetas y su desorden temporal en todas las Centurias, es intencional.

El manejar el tiempo exacto de ocurrencia de los hechos hace que su mirada al futuro sea manejada. Esto es sea manipulada. Una visión en una persona en trance no asoma con fechas ni menos es especialmente una visión detallista.

Ahora bien, tal manejo de temporalidad no es debido a su percepción mágica o esotérica o planetaria. Tal manejo es debido a que sus visiones son guiadas. Sólo bajo esta explicación podríamos entender lo sorprendentemente exacto y minucioso de sus visiones.

2) Nostradamus, como hombre del siglo XVI, no conoce el futuro como para definir cuáles hechos históricos o personajes son relevantes como para incluirlos en sus cuartetas a lo largo de su obra y cuáles no, para descartarlos si fuera el caso. ¿Qué terremoto elegir por ejemplo, el más devastador de la historia o uno de magnitud menor? ¿Cuál guerra, qué asesinato, qué complot? En fin, hay demasiados eventos entre la publicación de las centurias y el año 2011. Situación que permite establecer de manera inequívoca que la mayoría de las interpretaciones de los exegetas están erradas y quizás malintencionadamente erradas. Ello, por no considerar los 450 años o más, en cuántos a hechos históricos relevantes que han sucedido desde la publicación de las Centurias y que han sido omitidos en sus respectivos estudios. Y yendo todavía más lejos en su equivocación, plantean, hacia un futuro arbitrariamente lejano, un número demasiado elevado de cuartetas. Quizás para mantener de manera ambiciosa su propia vigencia esotérica por sobre la verdadera magia del maestro. Y por otra parte, que siendo un hombre del siglo XVI, tampoco le permite tener una percepción adecuada. Por tanto, tales discriminaciones o distinciones históricas no las hace él. Lo cual refuerza la idea de que su mirada al futuro es guiada.

3) El concepto “mirada guiada” permite explicar de manera contundente el manejo temporal de las ocurrencias históricas y permite ser minucioso en los detalles de éstas y permite el manejo de las escenas, de modo tal, que le permite incluso indagar y profundizar sobre personajes relevantes de esas mismas ocurrencias históricas. Accediendo a visiones que se pueden manipular, esto es, pausar, detenerse retroceder y avanzar incluso, en sus consecuencias temporales, como si fuera una cinta de una película.

4) Nostradamus toma nota de las ocurrencias históricas de manera exhaustiva, al ser una “mirada guiada”. Nostradamus no es poeta. Su ajetreada vida no muestra indicios de ser un poeta entre otros ejercicios. Tal oficio le es intrínsicamente necesario para la publicación de sus visiones. De otra manera, es muy probable que hubiera sido acusado de hereje y ajusticiado. La poesía establece ciertas libertadas creativas que pueden ser explicadas por el numen poético. Por ello sus encubrimientos refieren más por ejemplo a reemplazar regiones por ciudades, palabras por ideas y la abundancia sinonímica de esas palabras, regencias astrológicas. La idea de que Nostradamus utiliza por ejemplo, anagramas, es una idea absurda y propia de la mayoría de los exegetas quienes intentan explicar de manera fácil algún concepto que no logran entender.

La cuarteta así como la sextilla constituyen como estructuras poéticas, las más recurrentes en el siglo XVI. Ello explicaría que dichas notas deben ser ajustadas en función de las hechos históricos. Esto es:

4.1 Utilizar conceptos tan amplios que le permiten abordar ocurrencias históricas sin perder de vista el significado. Es decir, la etimología (la etimología es una disciplina relacionada con la filología y la lingüística histórica que estudia el origen de las palabras investigando su significación originaria y su forma, así como los posibles cambios sufridos a lo largo del tiempo. El estudio de la etimología ayuda a comprender el significado de las palabras, a ampliar el vocabulario) y la sintaxis (La sintaxis, estudia las formas en que se combinan las palabras, así como las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas existentes entre ellas) en función de la semántica.

Recordemos que el término semántica se refiere a los aspectos del significado, sentido o interpretación del significado de un determinado elemento, símbolo, palabra, expresión o representación formal.

Por ello encontramos conceptos como “feu” que se traduce como “fuego” y que de inmediato asociamos a incendio, combustión lo cual a una buena parte de los exegetas los hace interpretar de manera literal. Esto trae como consecuencia una deformación de la ocurrencia histórica que se intenta interpretar. A modo de ejemplo si yo escribo “reino en fuego” de inmediato quien me lee literalmente comprenderá “país en llamas” o “región incendiándose”. Pero si comprendemos que “Feu” o “Fuego” puede sinonimizarse por calor, ímpetu, vehemencia, frenesí, violencia. De inmediato comprenderemos otra idea, es decir “país en violencia” “País en frenesí” o “País en revolución”. Y como apreciamos ambas ideas no son muy idénticas.

4.2. Tales ajustes a las ocurrencias históricas permiten desentenderse, en los versos, de artículos, preposiciones, etc. Ajustándose al octosílabo. Esto es indicativo que este minucioso de trabajo es posterior a las notas preliminares que toma en esa “mirada guiada”.

4.3. Del mismo modo, el ajuste a la estructura poética le obliga a rimar. Y esas rimas son en un buen número de cuartetas, las claves lingüísticas. Estas claves, le permiten elaborar paralelos muchas veces y definir la ocurrencia histórica. Cada cuarteta tiene palabras o conceptos claves que, como el mismo Nostradamus señala en su carta a Enrique II, permiten inequívocamente ajustarlo a un hecho histórico singular. Y esto origina la anulación a un segundo hecho singular potencial, que se quisiera interpretar bajo la misma cuarteta.

4.4. Para definir una ocurrencia histórica dentro de otra, muchas veces Nostradamus recurre a las puntuaciones. Usualmente los dos puntos. Creando con ello una imagen general y otra secundaria desprendida de ella. Esto le permite la compresión histórica, es decir, comprimir y delimitar la singularidad histórica. Dado que de un mismo hecho histórico, perfectamente puede desprender hechos secundarios. Ejemplo: Desembarco de Normandía (Hecho principal) con respecto a playas desembarco (hecho secundario), liberación de París (Hecho secundario), etc. O bien, por ejemplo, tomar la liberación de París como hecho principal y como hecho secundario la caída del régimen de Vichy.

También dicha comprensión le permite construir pequeñas líneas temporales para avanzar en el tiempo. Por tanto, no necesariamente una cuarteta corresponde a un año preciso, puede perfectamente corresponder a un pequeño período de tiempo como por ejemplo podría ser la vida de algún personaje histórico o los años de su rol en la historia o en algún hecho singular.

4.5. También, los recursos empleados de otras lenguas, de mitología, de geografía le permiten, como recurso de amplitud conceptual, abordar el futuro. No hace falta que hable literalmente del las torres gemelas en Nueva Cork, simplemente hace alusión al Dios del Comercio. No hace falta que hable de un devastador huracán simplemente hablaría del Dios del Viento, por ejemplo.

4.6 La estructura poética denominada “cuarteta” exige un dedicado manejo métrico y por consiguiente un adecuado manejo de la rima. Esto no es posible si se está visionando escenas cuyo asombro y grandiosidad deja pasmado a Nostradamus.

Tampoco, considerando el detalle que caracteriza al maestro, le permite almacenar en su memoria tamañas realidades, por tanto, es muy probable que simplemente tomara notas en esa mirada guiada. Dichas notas, posteriormente serían arduamente trabajadas para insertarlas en cuartetas o sextillas. Todo proceso de figuras literarias, propia de la poesía, quedaría abordado íntegramente por los mismos recursos de amplitud conceptual.

Lo que Nostradamus indica como “calculo astronómico” en su carta a Enrique II no es tal. Consideremos lo siguiente:

Nostradamus tenía fama como constructor de horóscopos y otras tareas esotéricas medianamente aceptadas y protegidas por sus benefactores, como lo fue la nobleza de la corte de Enrique II en Francia. Sin embargo sus predicciones, no fueron muy atendidas de manera relevante sino hasta ocurrida la muerte de Enrique II (Cuarteta XXXV de la I Centuria) y que fue anticipada por él. Y curiosamente dicha predicción ocurrió en una cuarteta de sus Centurias. Es decir, su fama de visionario, de profeta, nace con las Centurias no antes. Por tanto, sus anteriores “cálculos astronómicos” nunca fueron acertados ni considerados pese a su gran resalte dentro de la corte francesa. Por ello, al recurrir a dicho concepto (“cálculo astronómico”) en su carta a Enrique II lo que hace es darle relevancia al oficio esotérico que le ocupaba mucho antes de escribir y publicar las centurias. Porque en definitiva las Centurias son producto de una colaboración enigmática entre Nostradamus y otro ser.

Si consideramos a los Mayas por ejemplo, ellos establecieron a partir de su conocimiento astronómico, muchos sucesos de origen natural, cosechas, épocas de destrucción, de cambios, etc. Todo dentro de su propia cosmovisión. Sin embargo, dicho conocimiento trascrito en su Calendario no es tan poderoso como para establecer hechos específicos en la historia humana, como lo señalan las Centurias, haciendo un paralelo.

Nostradamus maneja nombres, lugares, se traslada, se mueve en las ocurrencias históricas. Todo lo referente a fechas, figuras históricas, hechos, le fue simplemente entregado. Su única labor consistió en construir a partir de sus notas las estructuras poéticas.

Pero, ¿quién entrega esa “mirada guiada”?

Ese “quién” jamás podremos dilucidarlo, sin embargo, podemos decir que es capaz de manejar el tiempo a voluntad, puede transportar, mover, trasladar a otro, en este caso a Nostradamus, a ese manejo. Puede discriminar qué hechos y qué personajes son los más adecuados para las cuartetas que Nostradamus escriba posteriormente.

También debemos considerar la profunda ignorancia que debió de tener Nostradamus sobre ese futuro que está más allá de su comprensión: Ver portaaviones, lanzamisiles, bombas nucleares, observar el ADN, viajes espaciales, computadoras, etc. Y tampoco sería capaz de discriminar estructuras valóricas. Coloquialmente diríamos, quién son “los malos” o quiénes son “los buenos”. Más allá de su actitud humanista y religiosa.

Hay veces que muchas de las estructuras valóricas de Nostradamus se plasman y hasta con ironía. Y ello resulta evidente. Como cuando alude a los protestantes, o al comunismo o a algún Papa que, pese a que históricamente haya sido demostrada su ferocidad en sus persecuciones en contra de los supuestos enemigos de la iglesia, no se mantiene neutral y pasa a denominarlo “Gran Pontífice” por ejemplo.

Pero no siempre actúa de esa manera. En la mayoría de las cuartetas se aprecia una estructura valórica “neutra”. Y esto, respalda aún más lo que señalo: el hecho de que sus notas o escritos son posteriores a las visiones y que en aquellos casos que él plasma sus propia cosmovisión, es que recurre a la memoria, a su mente y estando en su mente es lógico que plasme lo que valoriza o lo que no valoriza.

Y extrañamente en su cuarteta II de la I Centuria, él escribe en sus dos últimos versos:

II

Un miedo y una voz vibran por las mangas:
Esplendor divino. El divino se sienta a mi lado.

Original

Un peur & voix fremissant par les manches:
Splendeur divine. Le divin pres s'assied.

¿Y acaso ese “esplendor divino” no es el mismo que observaron muchos profetas y hombres religiosos desde tiempos antiquísimos y que plasmaron en la biblia?. ¿No fue la misma percepción que observó Juan en Patmos al empezar a escribir el Apocalipsis o Saulo en su conversión o Daniel o el mismo esplendor que desprendían los supuestos “ángeles” que constantemente asoman descritos en los escritos bíblicos?

Pero más allá de la fe y las creencias religiosas, a las cuales les tengo mucho respeto, toda la imaginería creada en torno a la biblia no son más que encuentros e intervenciones de otros seres en la cotidianeidad humana y responder al por qué esos encuentros o intervenciones no son tan explícitos hoy en día, se debe única y exclusivamente a qué hemos evolucionado culturalmente y nuestra capacidad de asombro simplemente en buena medida se ha perdido. Esto conlleva que si fueran seres de otras dimensiones, del futuro, extraterrestres, etc, podríamos diferenciarlo sin problema alguno, pero lo que jamás haríamos sería indicar que son “ángeles”. Y eso no es un asunto de fe sino de capacidad intelectual, de la evolución de nuestra capacidad de comprender y entendimiento cultural. Quizás, han cambiado sus tácticas de encuentros e intervenciones, no así la estrategia, pero eso sería materia de otro artículo,

El numen poético o inspiración trabaja de manera muchas veces extraña, provocando estados catárquicos asombrosos, pero jamás podría ser personificado (“El divino se sienta a mi lado”). Jamás ese numen podría tener una “voz que vibra”. Algo similar encontramos en los escritos bíblicos cuando los supuestos “esplendores celestiales” o “ángeles” intentan comunicarse. Voces que muchas veces son semejadas a estruendos metálicos, ruidos comparables al paso de “muchos carros”. En definitiva, ahí tenemos la prueba concluyente de que Nostradamus fue guiado en su mirada al futuro.

En definitiva, Nostradamus recurre a su ferviente religiosidad para explicar sucesos más allá de su comprensión. Tal como lo hacemos nosotros ante la muerte y otros fenómenos singulares. Por ello le denomina "El divino". Y por qué el "divino estaría tan preocupado de guiar a visionar el futuro de este planeta, ¿acaso somos únicos en lo infinito?. Ciertamente no estamos solos en este infinito ni tampoco somos un planeta muy significante dentro de esta inmensidad como para que "el divino" nos encuentre relevantes. El todo es más que la suma de sus partes. Y es más que cada parte. Y el "divino" por su grandiosidad lo menos que haría sería sentarse. El que se sienta no es más que "ese ser" que guía a Nostradamus.

Juzguen ustedes mismos.

Otros Escritores