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martes, 30 de marzo de 2010

CENTURIA 4: CUARTETA 5-6-7-8


V
Cruz paz, bajo un cumplido divino verbo,
España y Galia serán unidas juntas:
Gran guerra próxima y combate muy exacerbado.
Corazón tan valiente no habrá quien no tiemble.

Del tercer verso, como el cuarto, que se desprende de los dos puntos al final del segundo verso. Podemos deducir que en esa “Gran guerra próxima” España y Galia serán unidas juntas:”. Galia corresponde a Francia indudablemente.

La única vez que España, no formalmente, ha peleado junto a Francia en donde el “Corazón tan valiente no habrá quien no tiemble”. Fue durante la segunda guerra mundial. (“Gran guerra próxima”) Y esa alianza corresponde a las fuerzas republicanas que ayudaron a liberar Francia del yugo nazi.

Recordemos algo de la historia:

"Parisinos: la insurrección del pueblo de París ha obtenido sus primeras victorias. Más que nunca, todos al combate. ¡Derribad los árboles, excavad fosos antitanque, levantad barricadas!". Con este llamamiento, la Resistencia francesa esperaba, con el corazón en puño, a que los tanques aliados entrasen en la capital. Era el 21 de agosto de 1944 y, aunque para los americanos París había dejado de ser un objetivo militar, para el general De Gaulle era esencial.(Referencia a la Cuarteta XCIII, Centuria III)

La 9ª Compañía, integrada en la 2ª División Blindada de la Francia Libre, dirigida por el General Leclerc, estuvo integrada por numerosos combatientes españoles. "La 9ª compañía de voluntarios extranjeros deben ser los primeros en liberar París. Debéis ser vosotros, porque sé que no retrocederéis y que tendréis en alta estima el honor de las fuerzas francesas", ordenó Leclerc.

La Nueve, como era conocida, era una línea de vanguardia, a la postre decisiva, capitaneada por Raymond Dronne. Sus hombres, apodados los Cosacos, que apenas pasaban de la veintena, eran ex combatientes del bando republicano en la Guerra Civil. Llegaba desde los campos franceses, donde habían sido humillados por el trato y la miseria.

Al firmarse el armisticio -tras la humillante derrota de los ejércitos aliados-, en Francia, en junio de 1940, los restos de estos Corps Francs fueron evacuados a las colonias francesas del norte de Africa. Al desembarcar los aliados allí, en noviembre de 1942, los Corps Francs fueron reorganizados y reincorporados al dispositivo militar de la Francia Libre.
Aunque en sus comandos quedaron algunos. españoles -como el capitán Miguel Buiza, ex almirante de la flota republicana española-, lo cierto es que la inmensa mayoría de los españoles de los Corps Francs -seducidos por sus compatriotas de la Columna Leclerc- desertaron y se alistaron en las filas de la II División Blindada, en vías ya de organización.
A tal decisión los españoles, muy chuscamente, la llamarían traslado voluntario. Algunos españoles de la Legión Extranjera, de la base principal argelina de Siddi-Bel-Abbés, también decidieron trasladarse a la unidad de Leclerc.

La seducción la ejercieron comandos volantes motorizados de veteranos de la campaña de Africa (octubre de 1940-mayo de 1943); entre ellos descolló el canario Campos, que llegó a obtener un jeep, tres camiones, vales militares para gasolina, comida y salvoconductos, del mando norteamericano en Argelia, con la promesa de reclutarle unos miles de españoles para formar con ellos una división de choque y ponerla al servicio de los aliados. (“Corazón tan valiente no habrá quien no tiemble”)

Aquello pudo acabar muy mal-dice Federico Moreno-, porque al comprobar que los reclutados eran conducidos hacia Marruecos -donde se estaba organizando y pertrechando la II División Blindada- los norteamericanos hicieron varias reclamaciones al alto mando francés. Pero, al saber que se trataba de soldados de un jefe tan excéntrico como Leclerc, la cosa quedó en agua de borrajas. Aquello de tal para cual caía aquí como anillo al dedo. Uno de los más valiosos seducidos -procedente de los CF- sería comandante Putz, un austriaco de las Brigadas Internacionales que moriría en combate, en otoño de 1944, en la marcha de la División Leclerc hacia Estrasburgo.
Otros recién acuñados leclercistas fueron españoles liberados de los campos de castigo del desierto argelino -auténticos campos de la muerte-, a los que faltó tiempo para empuñar de nuevo las armas contra el nazifascismo europeo allí donde estuviese: Por eso, a estos y aquellos españoles les llamaron noruegos y africanos.

Los Corps Francs -en los que combatían juntos franceses y españoles- se integrarían en la I División Blindada, mandada por el general De Lattre de Tassigny, que fue el embrión del cuerpo expedicionario francés de Italia, en el que luchaban los hombres de la XIII Semibrigada de la Legión Extranjera francesa -la de los noruegos- cuyos supervivientes procedían del Africa Ecuatorial francesa, donde dejaron a Leclerc tras haber conquistado Chad y parte de Camerún. (“España y Galia serán unidas juntas:”)

Luego se incorporaron al cuerpo expedicionario británico en su colonia africana de Sierra Leona. De allí, dando un rodeo por el Cabo de Buena Esperanza, desembarcaron en Sudán -otra colonia británica del este de Africa-, desde donde participaron en la reconquista de Eritrea, antes de subir a recuperar -para la Francia Libre- Siria y Líbano, en el Cercano Oriente. Esto sucedía en junio de 1941.

Después se reconstruyó otra vez la XIII Semibrigada, en Alejandría (Egipto), que luego fue encuadrada en el dispositivo del VIII Ejército británico, mandado por el general Montgomery, con el que. combatirían hasta expulsar de Africa del Norte a los ejércitos alemanes e italianos, en mayo de 1943. Esto, tras protagonizar la heroica resistencia de la posición Bir-Hakeim (mayo de 1942) [Ver HISTORIA 16, número 101, Españoles contra Rommel, por E Pons Prades, septiembre de 1984] y el encuentro con los españoles de Leclerc -que llegan del corazón de Africa-, en enero de 1943, en la capital de Libia, Trípoli. (“...y combate muy exacerbado.”)

Otros españoles -más politizados y de edad más madura- desembarcarán clandestinamente en las costas de Andalucía oriental, en particular en las de Almería, para restablecer el contacto con los grupos de resistencia antifranquistas -armados o no- que actúan en España.
Algunos de esos militantes -desde libertarios a catalanistas- traen el encargo de los aliados de sondear a sus respectivas huestes sobre sus posibilidades de respaldar -militar y políticamente- un desembarco aliado en Andalucía o en Cataluña.

El enfrentamiento entre los ingleses, con Churchill a su cabeza, que deseaban que el desembarco en las costas europeas del Mediterráneo se hiciese en los Balcanes, el bajo vientre de Europa, y los norteamericanos, que llegaron a pensar muy seriamente en hacerlo en tierras ibéricas, quizá fue una circunstancia determinante en la designación de Italia -primero Sicilia- como teatro de operaciones europeo contra las fuerzas del Eje, en espera de la apertura de lo que el otro grande, Stalin, consideraba como el verdadero segundo frente: el desembarco en Francia, primero (6 de junio de 1944) en las costas de Normandía y después (15 de agosto de 1944) en las de Provenza.

En la historia de las sucesivas unidades mandadas por el general Leclerc, los españoles republicanos destacan siempre por sus rasgos más peculiares: valientes, pero difíciles de mandar -no de manejar, puntualizará el propio Leclerc-; disciplinados, pero revoltosos; amantes de la juerga, incluso en los momentos más críticos, ejemplo de solidaridad de grupo, desprendidos, soñadores, ya ratos increíblemente temerarios... (“Corazón tan valiente no habrá quien no tiemble “)

Pero esto fue así porque Leclerc era un jefe fuera de serie, un militar anarquista en el más pleno sentido de la palabra. Así me lo calificó el reusense Bamba en amena y divertida conversación junto con varios compatriotas ex Leclerc en la sede de los veteranos de la II División Blindada, en París. La misma liberación de Paris tuvieron un papel destacadísimo luchando con fiereza calle por calle. (“...y combate muy exacerbado.”)

Retomando un poco la cuarteta el segundo verso dice “Gran guerra próxima y combate muy exacerbado.”.La segunda guerra mundial fue el conflicto donde mayor violencia, brusquedad, furia (Todos sinónimos de exacerbación) que se hubiera dado en la historia de la humanidad. Pero el verso dice “ Próxima”. Por tanto nos sitúa en un tiempo anterior y ese tiempo anterior está dado por el primer verso: “Cruz paz, bajo un cumplido divino verbo,” .

Cuando Nostradamus habla de “Cruz Paz” refiere directamente a la iglesia Católica cuyo símbolo es la cruz y si dice Paz se refiere la paz católica directa referencia al Papa.
El concepto “ cumplido” puede sinonimizarse por correcto, atento, considerado, etc. El concepto “Divino verbo” lo podemos invertir y cumple su misma función identificativa. Dado que el concepto “Verbo divino” es Dios o el representante de Dios en la tierra. O mejor dicho el Papa como autoridad máxima. Lo mismo pasa con la idea “Cruz Paz“en donde se puede invertir sin cambiar su significado a “Paz Cruz”.O si se quiere Paz cristiana.

Ahora bien, el primer verso es un tanto extraño: Nostradamus dice: "Cruz paz, bajo un cumplido divino verbo,” Este verso en particular contiene 3 partes:

1)Cruz Paz
2)Bajo un cumplido
3)Divino verbo

La primera parte se separa del resto por medio de una coma así es que se respalda por sí misma. El concepto “bajo” no infiere la idea de sometido, debajo de cómo pudiera pensarlo. Nostradamus es cauto y apela a los homónimos en este caso. “Bajo” más bien, infiere o alude a conceptos como: despreciable, indigno, etc. Por tanto dice “ Indigno, despreciable”

Ahora veamos: “paz cristiana , indigna consideración del Papa,” Eso quiso decir en el fondo el profeta cuidándose de la inquisición.

El Papa de los años anteriores de la segunda guerra mundial fue Pío XI. Su papado se caracterizó por el reconocimiento del estado italiano por parte de la Iglesia, que venía desde la ocupación de los Estados Pontificios por el reino de Italia en 1870. Pío XI firmó con el gobierno italiano de Benito Mussolini y el rey Víctor Manuel III el Tratado de Letrán (febrero de 1929), que dio nacimiento al estado independiente y soberano de la Ciudad del Vaticano.

Este acuerdo, que ponía fin al estado de cosas vigente desde 1870, había sido buscado por ambas partes, y a ambas convenía. Para Mussolini, que buscaba un acercamiento a los católicos, cuya posición ante el Fascismo había sido bastante fría. Para la Iglesia, el obtener el reconocimiento de derecho de su estado, que aunque reducido a una mínima expresión territorial, colocaba a éste dentro del concierto de las naciones del mundo, con capacidad de establecer relaciones diplomáticas.

En Italia, el partido católico del dirigente político Luigi Sturzo, llamado Partido Popular, y opositor al fascismo, había sido disuelto poco antes. Pío XI animó a los católicos italianos en las elecciones de marzo de 1929 a que votaran a los fascistas, y calificó a Benito Mussolini como un hombre enviado a nosotros por la Providencia.

También Pío XI bendijo personalmente las tropas italianas que partían para la conquista de Abisinia. De tono similar fue el acuerdo o concordato celebrado con la Alemania Nazi el 20 de julio de 1933, cuando el cardenal alemán Faulhaber lo llamo el mejor amigo de los nazis, y que implicó, como el Tratado de Letrán para Italia, la imposición del Código de Derecho Canónico en Alemania y la desarticulación de la intervención en política de los católicos. En el caso de Alemania, el Partido del Centro del ex canciller Heinrich Brüning y de clara raíz democristiana fue disuelto, con lo que los nazis quedaron sin oposición legal alguna en su país, en 1934 para no entorpecer sus relaciones con los fascistas prohibió a la conferencia mundial judía que mencionará su nombre a propósito de una supuesta defensa de los judíos. (“Cruz paz, bajo un cumplido divino verbo,”)La cuarteta ha sido aclarada.
VI
De hábitos nuevos una vez hecha la tregua.
Malicia trama y maquinación:
Primero morirá quien haga la prueba
Color Venecia insidia.

Aquí Nostradamus alza imponente su imaginación. Veamos si es capaz de sorprenderme:

De “hábitos nuevos” o mejor dicho para que todos entendamos, “ de costumbres, rutinas nuevas”o sin embargo, hábitos justamente se puede interpretar literalmente como la vestimenta de monjes o de algún grupo uniforme. Y asomará cuando asome o llegue la paz o “una vez hecha la tregua”.

¿“Malicia”? Qué extraño nombre. Dicho nombre esta dispuesto como una suerte de una personificación. Porque luego el profeta agrega “ trama y maquinación:” Finalmente termina en dos puntos como ya es muy usual. Indicando Nostradamus que estamos frente a un único hecho histórico.. Sabemos que el profeta no lanza nombras al azar. El concepto “Malicia” es una clave de esta cuarteta. De eso no tengo dudas. Quizás utiliza ese nombre para desarrollar el hecho histórico y justamente el hecho histórico guarda relación con esa palabra. Y eso lo vamos a investigar.

El tercer verso es muy oscuro: “Primero morirá quien haga la prueba” Terminándose en un punto Finalmente el cuarto verso nos dice a modo de personificación nuevamente: “Color Venecia insidia”

El concepto “ prueba” puede ser sinonimizado por experimento, test, tentativa, o bien ser literal prueba, como evidencia.

Sepamos que la única referencia al concepto “Malicia” proviene de España. Las casas llamadas a la malicia fueron una forma de construcción propia de Madrid de la edad moderna, de los siglos XVI al XVIII. Ahora bien, supongamos y sólo supongamos que tengo razón con esta referencia, por lo tanto nos remitiremos a la Corte del rey Felipe II de España. Luego veremos si esta suposición es algo concreto o simplemente una simple curiosidad de mi mente.

Las casas llamadas a la Malicia fueron consecuencia de la regalía de aposento que, al instalarse la Corte con Felipe II en 1561, pasó a ser obligación de todo vecino no exento. Para evitar cumplir con tal obligación (que significaba alojar a un funcionario del rey en la mitad de la superficie útil) se recurrió a todo tipo de ingeniosas soluciones, como compartimentar excesivamente, o incluso ocultar a la vista desde la calle las habitaciones más altas a las que sí se podía acceder desde el interior de un inmueble. Cuando en 1561 Felipe II decide establecer la Corte en Madrid, la Carga de aposento pasa a ser soportada únicamente por los madrileños. Por tanto, nuestra hipótesis nos lleva a la corte del Rey Felipe II.

Hablemos un poco de Don Juan de Escobedo (n. Colindres, Cantabria, 1530 - m. Madrid, 1578). Bajo la protección de Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli consiguió del rey Felipe II el nombramiento de secretario del Consejo de Hacienda y, en 1569, el de alcaide del castillo de San Felipe y de las Casas Reales de Santander.

En 1574 fue recomendado por Antonio Pérez, secretario del rey, para ocupar el cargo de secretario personal de don Juan de Austria. Esta elección, hecha en principio con ánimo de que vigilara a don Juan, resultó fallida ya que se convirtió en uno de los más fieles partidarios del entonces gobernador de los Países Bajos. Durante esta etapa reunió pruebas de los negocios ilícitos y apoyo a los rebeldes flamencos de Pérez y Ana de Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli; por lo que fue denunciado por éste ante el Rey como instigador de las maniobras políticas de don Juan.

Cuando Escobedo amenazó a Antonio Pérez con divulgar su confabulación a menos que éste apoyara las pretensiones de don Juan de Austria en los Países Bajos y temiendo éste ser denunciado, ordenó su asesinato, el 31 de marzo de 1578. (“Primero morirá quien haga la prueba”)

Pérez sería juzgado un año después huyendo a Aragón para refugiarse en sus fueros primero y cruzando la frontera a Francia después, sin poder ser cumplida su sentencia de muerte.

Este lóbrego incidente de intrigas y confabulaciones, uno de los más oscuros del reinado de Felipe II y al que posteriormente se ha llegado a involucrar al propio rey, se ha puesto en relación con el hecho de que don Juan y Escobedo, una vez resueltos favorablemente los grandes problemas de los Países Bajos, escribieran al rey transmitiéndole su deseo de regresar a España para, visto el éxito, encargarse de la política del monarca. Temeroso Antonio Pérez que se descubriera su doble juego y manejando al monarca a su favor, aprovechó la ocasión de que Juan de Escobedo regresase a la corte para ordenar su muerte por unos asesinos a sueldo a pocas manzanas del antiguo palacio real de Madrid (“Malicia trama y maquinación:”) Justamente en una casa de las llamadas a la Malicia.

Durante el gobierno de Juan de Austria en los Países Bajos, Antonio Pérez y sus aliados (el marqués de los Vélez y el cardenal Quiroga) aconsejaban al rey por una paz negociada con los rebeldes y una invasión de Inglaterra, consejo que el rey ignoró por el momento, pues no se consideraba preparado para dicha invasión. Por razones desconocidas, Antonio Pérez jugó con las ya tensas relaciones entre Felipe II y su hermanastro Juan de Austria e hizo aparecer a los ojos del rey como subversivas las pretensiones de éste acerca de Inglaterra.

Pero Felipe II ya desconfiaba de su secretario, por lo que en 1578, Juan de Escobedo (secretario de Juan de Austria) llegó a la Corte para explicar la posición de su maestro al rey, lo cual podía dejar al descubierto a Antonio. Por ello, Antonio culpó a Escobedo por las ambiciones de don Juan y aconsejó al rey eliminarlo.

El rey parece que accedió a que Escobedo fuese eliminado. Antonio Pérez primero trató un intento fallido de envenenamiento y luego contrató un grupo de asesinos que acabaron con la vida de Escobedo en Madrid el 31 de marzo de 1578. (“Primero morirá quien haga la prueba”)

Pronto se esparció un rumor acerca de su implicación en el asesinato de Juan de Escobedo. Felipe II intentó en un principio proteger a Antonio Pérez, en parte por su propio sentimiento de culpabilidad y en parte por lo que podía revelar, pero cuando su hermanastro don Juan murió y sus documentos llegaron a Madrid, descubrió la trama y mentiras de Antonio Pérez, dándose cuenta de que don Juan siempre había sido leal. Considerándose traicionado, Felipe II empezó a desconfiar de la asociación de Antonio Pérez y la princesa de Éboli y sospechaba de un tráfico de secretos de Estado.

En la noche del 28 de julio de 1579, Antonio Pérez fue detenido tras salir de su despacho. La princesa de Éboli asimismo fue puesta bajo custodia, primero en la Torre de Pinto, luego en el castillo de Santorcaz y, finalmente, fue recluida en su propio palacio de Pastrana, donde pasó el resto de su vida. Poco después el puesto de Antonio Pérez fue ocupado por Granvela.

Antonio Pérez tenía libertad para moverse por Madrid, siendo vigilado por la Corona, pues el rey necesitaba sus documentos (los cuales podían implicarle a él también en el asesinato de Escobedo). Más tarde, los Escobedo y sus aliados tras presionar en la Corte, consiguieron que Antonio Pérez fuera detenido por segunda vez en 1585 bajo los cargos de tráfico de secretos y corrupción (sin mencionar el asesinato), fue encontrado culpable y condenado con dos años de prisión y una enorme multa. En 1590 reconoció bajo tortura su implicación en el asesinato de Escobedo.

En abril de 1590, ayudado por su esposa, Juana Coello, Antonio Pérez escapó de su prisión en Madrid y huyó a Zaragoza, dónde consiguió la protección de los fueros. En el Reino de Aragón encontró el apoyo del duque de Villahermosa, el conde Aranda y principalmente de Diego de Heredia (de la baja nobleza). Mientras tanto y en su ausencia, en Madrid fue condenado a muerte (sin saberlo).

Felipe II hizo un alegato ante el Justicia de Aragón contra Antonio Pérez por los cargos de asesinato de Escobedo, tráfico de secretos de Estado y huida de prisión. Felipe II, desesperado por la lentitud de la justicia aragonesa y porque no esperaba una condena favorable, retiró los cargos y usó un tribunal contra el que los fueros aragoneses y la Justicia aragonesa no podían oponerse: la Inquisición. Pérez no era un hereje, pero no fue difícil construir un caso contra él. En mayo de 1591, Antonio Pérez fue trasladado de la prisión del Justicia a la de la Inquisición, por lo que sus defensores organizaron una revuelta en Zaragoza, conocida como revuelta de Antonio Pérez o Turbaciones de Aragón.

Se le devolvió a la prisión de la Justicia aragonesa y desde allí llevó una campaña contra la Corona. En septiembre se le trasladó de nuevo a la prisión de la Inquisición. Heredia y sus seguidores lo volvieron a sacar y en esta ocasión le dejaron libre, con lo que la situación derivó en una crisis en Aragón por la defensa de los fueros.

En octubre de 1591 Felipe II envió un ejército a Zaragoza que puso fin a la sublevación y Antonio Pérez huyó a Bearn, donde recibió el apoyo de Enrique de Navarra para intentar una invasión francesa, que fracasó. Más tarde Pérez se trasladó a Inglaterra, donde ofreció información, que sirvió para el ataque inglés a Cádiz en 1596, y estimuló la leyenda negra contra Felipe II. Tras intentar conseguir el perdón de la Corona sin éxito, Antonio Pérez falleció en París en la más absoluta pobreza en 1611.

Otro personaje de esta historia es Don Juan de Austria (Ratisbona, Sacro Imperio Romano Germánico, 24 de febrero de 1545 ó 1547 - Bouges, cerca de Namur, actual Bélgica, entonces parte de los Países Bajos españoles, 1 de octubre de 1578), hijo natural del emperador Carlos V y de Bárbara Blomberg, fue un militar y diplomático durante el reinado de su hermano por vía paterna, Felipe II de España.

Después de tantas guerras y conflictos, Carlos V, Padre de Juan de Austria, entró en una fase de reflexión: sobre sí mismo, sobre la vida y sus vivencias y, además, sobre el estado de Europa. La vida terrenal de Carlos estaba llegando a su conclusión.

Los grandes protagonistas que junto con él habían trazado la escena europea en la primera mitad del siglo XVI habían fallecido: Enrique VIII de Inglaterra y Francisco I de Francia en 1547, Martín Lutero en 1546, Erasmo de Rotterdam diez años antes y el papa Pablo III en 1549.

El balance de su vida y de aquello que había completado no era del todo positivo, sobre todo en relación con los objetivos que se había fijado. Su sueño de un Imperio universal bajo los Habsburgo había fracasado; así como su objetivo de reconquistar Borgoña. Él mismo, aunque autonombrándose el primer y más ferviente defensor de la Iglesia Romana, no había conseguido impedir el asentamiento de la doctrina luterana. Sus posesiones de ultramar se habían acrecentado enormemente pero sin que sus gobernadores hubiesen podido implantar estructuras administrativas estables. Pero tenía consolidado el dominio español sobre Italia, que se aseguraría después de su muerte con la Paz de Cateau-Cambrésis en 1559 y duraría ciento cincuenta años.

Carlos V comenzaba a tener conciencia de que Europa se encaminaba a ser gobernada por nuevos príncipes, los cuales, en nombre del mantenimiento de los propios Estados, no intentaban mínimamente alterar el equilibrio político-religioso al interior de cada uno de ellos. Su concepción del Imperio había pasado y se consolidaba España como potencia hegemónica.

En las abdicaciones de Bruselas (1555–1556), Carlos I deja el gobierno imperial a su hermano, el rey de romanos Fernando (aunque los electores no aceptaron su renuncia formalmente hasta el 24 de febrero de 1558) y la de España y las Indias a su hijo Felipe. Regresó a España en una travesía en barco desde Flandes hasta Laredo, con el propósito de curar la enfermedad de la gota en una comarca de la que le habían hablado por su buen clima y alejada de las grandes ciudades, la comarca extremeña de La Vera. Tardó 1 mes y 3 semanas en llegar a Jarandilla de la Vera, lugar donde se hospedó gracias a la hospitalidad de los Condes de Oropesa que cedieron su castillo en dicha villa al Rey Carlos I. Allí esperó desde noviembre de 1556 hasta el día 3 de febrero de 1557, a la espera de que finalizaran las obras de la casa palacio que mandó construir junto al Monasterio de Yuste. En este plácido lugar permaneció un año y medio en retiro, alejado de las ciudades y de la vida política, y acompañado por la orden de los Jerónimos, quienes guiaron espiritualmente al monarca hasta sus últimos días. Finalmente, un 21 de septiembre de 1558 falleció de paludismo tras un més de agonía y fiebres, causado por la picadura de un mosquito proveniente de las aguas estancadas de uno de los estanques construidos por el experto en relojes e ingeniero hidrográfico Torriani.

En su testamento reconoció a Juan de Austria como hijo suyo nacido de la relación extramatrimonial que tuvo con Bárbara Blomberg en 1545. Lo conoció por primera vez en una de las habitaciones de la casa palacio del Monasterio de Yuste.

El heredero, Felipe II, se encontraba entonces fuera de España. Se difundieron rumores sobre la paternidad del niño, que Quijada negó, y escribió al rey pidiéndole instrucciones. Éste respondió con una nota, de mano del secretario Eraso, en cuyas tachaduras y enmiendas se aprecian las dudas respecto a la forma de tratar tan delicado asunto, recomendando esperar a que el rey llegara a España. La princesa Juana, regente en ausencia de Felipe II, pidió conocer al niño, lo que hizo en Valladolid en mayo de 1559, coincidiendo con un auto de fe. Su medio hermano Felipe lo hizo a mediados de septiembre de 1559.

Felipe II, siguiendo las indicaciones de su padre Carlos, expresadas en el codicilo de 1554, reconoció al niño como miembro de la familia real. Le cambiaron el nombre por don Juan de Austria. Se le otorgó casa propia, a cuyo frente puso a don Luis de Quijada.

Los tercios viejos de Flandes, que llevaban meses sin recibir sus pagas, entraron a saco en la ciudad de Amberes, en una jornada terrible que creó la peor de las situaciones posibles a la llegada de don Juan de Austria a los Países Bajos. Llevaba instrucciones, sobre todo, de seguir la política de Requesens y mostrarse conciliador. A fin de ser reconocido como gobernador y de que los rebeldes respetaran la fe católica, aceptó licenciar sus tropas, marchando los tercios viejos a España o a Lombardía, así como respetar las libertades flamencas. Firmó el Edicto Perpetuo el 17 de febrero de 1577. Para mayo parecía que la situación se había pacificado y don Juan de Austria pudo entrar triunfalmente en Bruselas. (“De hábitos nuevos una vez hecha la tregua.”)

Ante esta situación de paz, don Juan de Austria deseó volver a Madrid para tratar el tema de Inglaterra. Envió en junio de 1577 a su secretario, Escobedo, en quien confiaba, para que, a través de Antonio Pérez, lograse su regreso a España o bien obtuviera medios para invadir Inglaterra.

El rey rechazó el regreso a España de don Juan de Austria. En ese momento, las circunstancias empeoraron en Flandes. En julio de 1577, don Juan de Austria rompió el pacto y reemplazó las tropas de Namur por alemanes. En agosto ordenó el regreso de los tercios que se encontraban en Milán, pues gracias a la flota de Indias, que llegó a Sevilla en agosto de 1577, el rey disponía de fondos para pagarlos.

En septiembre, Guillermo de Orange planteó su ultimátum: debía entregar todas las ciudades, licenciar las tropas y retirarse a Luxemburgo. Lejos de acceder a lo solicitado, don Juan esperó la llegada de los tercios, al mando de su viejo amigo y sobrino Alejandro Farnesio.

La llegada de los tercios permitió que don Juan emprendiera una ofensiva militar. El 31 de enero de 1578, los tercios viejos derrotaron (“De hábitos nuevos”) a los Estados Generales en la batalla de Gembloux, consiguiendo así que gran parte de los Países Bajos del Sur volvieran a la obediencia al rey; se reconquistó todo el Luxemburgo y Brabante. Esta victoria fue insuficiente. (“...una vez hecha la tregua.”) Pronto estuvo angustiosamente necesitado de dinero. Dos ejércitos invadieron el Flandes español: uno francés, al mando del duque de Anjou, desde el Sur tomó Mons; otro, al mando de Juan Casimiro y financiado por la reina Isabel de Inglaterra, desde el Este. Don Juan instó a su secretario, Escobedo, que estaba en España, para que lograra que le enviasen dinero. En los Consejos de Estado y de Guerra, el Duque de Alba advertía de la arriesgada situación, sin hombres y sin dinero. En esta situación se produjo el asesinato de Escobedo el 31 de marzo de 1578.

La historiografía actual sostiene que fue planeado por Antonio Pérez con la aprobación del rey, que lo consideró necesario para la monarquía. Los argumentos concretos del secretario para convencer al rey no se conocen, pero los historiadores apuntan a que sin duda debieron girar en torno a las ambiciones de don Juan de Austria y la posibilidad de que decidiera por su cuenta la invasión de Inglaterra, o se aliase con los rebeldes holandeses o que, incluso, regresara a España al mando de las tropas para destituir a Felipe II. No hay en la documentación que se conserva de la época dato o indicio solvente de alguna de estas posibilidades, sino que, en 1578, la principal preocupación de don Juan de Austria era la constante necesidad de tropas y dinero para hacer la guerra en Flandes. Al conocer la muerte de su secretario, don Juan escribió al rey, y en esa carta se evidencia que don Juan comprendió lo que había ocurrido, y que no cabía esperar refuerzos de España.

Los escritos de don Juan de aquella época revelan el estado de depresión en que cayó ese verano, al tiempo que progresaba su enfermedad (tifus o fiebre tifoidea). Algunos días debía incluso guardar cama. Su estado de salud se agravó a finales de septiembre, estando en su campamento en torno a la sitiada Namur. El día 28 nombró sucesor en el gobierno de los Países Bajos a su sobrino Alejandro Farnesio. Escribió a su hermano pidiéndole que respetase este nombramiento y que le permitiera ser enterrado junto a su padre.

Falleció el 1 de octubre de 1578. Le sucedió como gobernador Alejandro Farnesio (duque de Parma). Los restos de don Juan de Austria fueron llevados a España y reposan en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Su tumba está cubierta por una estatua yacente de singular belleza que representa al finado ataviado con armadura, y como curiosidad hay que apuntar que por no morir en combate, está representado con los guanteletes quitados

El último verso “ color Venecia insidia” es complejo. Alude a Venecia quizás de manera no literal. El concepto “ color” puede ser sinonimizado por matiz, tinte, etc. El concepto “ Insidia” puede ser sinonimizado por celada , estratagema, emboscada. Si reemplazamos el último verso podemos construir una suerte de paralelo. Nos quedaría así:

“Con tintes ( de) emboscada Veneciana”

Emboscada Veneciana o ¿el drama de Otelo? Interesante. Porque Otelo es la más famosa muestra literaria de la Insidia Veneciana. Aunque esté demás saberlo, hablemos finalmente en que consiste el drama de Otelo o la insidia Veneciana.
La trama gira en torno a Otelo, un príncipe negro reverenciado y apreciado por la sociedad de Venecia no solo por sus méritos militares, también hay lugar en el derrotero de la obra para las conquistas sentimentales. Inducido por el odio y los celos, Yago empieza a divulgar una serie de calumnias concentradas en el matrimonio interracial del protagonista y con el paso del tiempo (poco tiempo después), consigue su devastador objetivo: persuadir a Otelo de la pretendida infidelidad consumada por su esposa, hacerlo perder el juicio y quitarle de toda seguridad y confianza en sí mismo.

Para defender a Chipre, una de sus posesiones, los venecianos encomiendan el mando de su armada al moro Otelo, un extranjero. Éste ha contraìdo nupcias en secreto con Desdémona, la hija del dux de Venecia, y ello (solo ello) desatará la tragedia. Yago, alférez de Otelo, receloso porque éste nombra lugarteniente a Casio y no a él, empieza a destilar la emboscada de la traición y enloquece al moro, convirtiéndolo en víctima de los celos. .Aquí están los personajes y sus palabras desplegados en el contraste de sus martirios. No son solo reflejos de sí mismos, sino de la humanidad toda.

Al lado de Otelo encontramos a Yago, personificando como nadie al mal, otra forma de sombra, noche del alma, oscuridad, mentira... Yago no es para Otelo mas que la venda que ciega los ojos del enamorado y le arrastra a la desesperación y al crimen... Otelo, general moro al servicio de la republica de Venecia, a través de los relatos de su vida y hazañas deslumbra a la bella y casta Desdemona, hija del senador Brabancio, a la cual secuestra y la convierte en su esposa.

Por exigencias del servicio del estado, Otelo y su mujer, separadamente, escapan de Venecia para reunirse en Chipre. El malvado y envidioso Yago, alférez del Moro, a quien detesta no solo por estar convencido que galanteó anteriormente a su mujer, Emilia, sino ademàs por encontrarse despreciado por el nombramiento de teniente recaído en el honrado Casio, se plantea apesadumbrar la existencia al ingenio

Otelo haciendo germinar y alentando en su alma el suplicio de los celos, sin preocuparse por las victimas inocentes que puedan sobrellevar las consecuencias de su execrable intriga. Con perversa socarronería Yago, primero, consigue emborrachar a Casio, que nunca bebía, llevando a promover un escándalo preparado con maliciosa anticipación, lo que da por resultado que Otelo le prive de su cargo a aquel.

Inmediatamente solivianta al inocente depuesto a que busque la protección de Desdèmona, a quien su esposo no negaba nada, para conseguir del Moro el perdón; y al mismo tiempo, por si y por mediación de Emilia, su mujer, dama de Desdèmona, persuaden a esta para que intervenga con su marido para que levante el escarmiento al culpable. Mediante monstruosas y hábiles sugerencias, hace acrecentar Yago en el pecho del enamorado y candoroso Otelo la desconfianza de unos amores entre su honrada esposa y Casio, utilizando de tesimonio concluyente de la fingida pasión criminal un pañuelo que el moro había obsequiado a Desdèmona y que Yago consiguió que fuera visto por el celoso Otelo en el poder de Casio, el cual desconocía hasta a quien pertenecía la prenda. Con tan inconsistentes argumentos se construye el soporte de unos celos irrefrenables que desembocan en firmar la sentencia de muerte para Casio, cuya ejecución se confía a Yago, y el estrangulamiento de la inocente Desdemona a manos de su propio marido.

El ruin iniciador de la tragedia acaba enmarañado en los entretejidos de la misma; ante el lecho de Desdemona se ve acusado y desenmascarada toda la intriga por su propia mujer, Emilia, y por Casio, que escapo con vida del atentado. Al enterarse de la verdad, Otelo se suicida ante la presencia de todos, después de haber visto a Yago ser entregado a las órdenes del nuevo regente, para que éste impartiera el mayor castigo; el nuevo gobernador no era otro que Casio, dispuesto a hacerle sufrir a Yago los mayores tormentos. (“ color Venecia insidia”). Interesante por donde se le mire. Notarón las semejanzas históricas?. ¿Sorprendente o no?. Y el supuesto en definitiva resultó concreto después de todo. La cuarteta está aclarada.

VII
El menor hijo del grande y odiado Príncipe,
De lepra tendrá a los veinte años gran mancha.
De duelo su madre morirá bien triste y enflaquecida.
Y él morirá allí donde caen los cobardes.

En algunas ocasiones Nostradamus es literal. Obviamente que no siempre como en alguna oportunidad ya dije. ¿Quién puede ser Grande y a la vez odiado? Interesante.

En todo caso esta cuarteta guarda ciertas similitudes con la historia de Balduino IV de Jerusalén. Claro que él vivió mucho antes de las Centurias..

Increíble Nostradamus por cierto. Ahora nos habla del hijo menor de un príncipe. “Del grande y odiado príncipe” No cualquier príncipe por cierto. Este hijo menor tendrá una “gran mancha” producto de la lepra los 20 años de edad. El concepto “ Hijo “ es indicativo de que habla de un hombre.

Para que aprendamos algo. La lepra es una enfermedad muy difundida durante la edad media y siglos posteriores. Enfermedad terrible que ha ido decreciendo su tasa de crecimiento debido a terapias multidrogas. Aunque el número de casos continua cayendo, hay bolsones de alta prevalencia en ciertas áreas como Brasil, Sudeste Asiático (India, Nepal), partes de África (Tanzania, Madagascar, Mozambique) y el oeste del Pacífico. El estigma social-religioso que se asoció con las formas avanzadas de lepra continúa en muchas regiones, y sigue siendo el mayor obstáculo a la autodenuncia y tratamientos tempranos. Esos tratamientos efectivos recién aparecen a fines de 1930 con la introducción de la sulfona dapsona y derivados. Sin embargo, aparecieron cepas del bacilo de la lepra resistentes a la dapsona, hasta la aparición de la terapia multidroga (MDT) en los años 80.

En el tercer verso vemos que "su madre”es esposa” del grande y odiado príncipe” estará de “duelo”. Detengámonos por un instante antes de proseguir. El concepto “Duelo” puede entenderse literalmente como luto, pero también como homógrafo puede entenderse como enfrentamiento, pugna. Esto debemos tenerlo más que claro dado que las palabras muchas veces tiene otra significa pese a ser escritas de igual manera( Homógrafos). “Morirá bien triste” aquella mujer. El concepto “ bien triste”. Contiene una suerte de énfasis bajo el concepto “ bien”. No morirá triste sino que “bien triste” , es decir, una tristeza más intensa y quizás dolorosa. Y si le agregamos “enflaquecida” término que puede entenderse como “demacrada” y también como falta de alimentación, cercana a la inanición. Si tal cosa ocurriera estaríamos hablando de una suerte de pobreza extrema.

El último verso, “Y él morirá allí donde caen los cobardes.” Nos infiere tres cosas:

1) Que “El hijo menor” es un cobarde
2) Que el concepto “ allí” es indicativo de lugar, es decir morirá en un lugar de cobardes
3) Finalmente el concepto “caen” puede interpretarse como donde se abalanzar y también como desplomarse.

Vayamos ahora a la historia y dilucidemos esta cuarteta:

Nostradamus nos habla primeramente de Enrique IV de Francia y III de Navarra (Pau, 13 de diciembre de 1553 – París, 14 de mayo de 1610), rey de Francia entre 1589 y 1610, primero de la Casa de Borbón en ese país y también rey de Navarra entre 1572 y 1610, conocido como Enrique el Grande (Henri le Grand) o el Buen Rey (Le bon roi Henri). (“del grande......Príncipe,”)

Al poco tiempo, el rey es asesinado también en venganza por el asesinato de Enrique de Guisa. La muerte del Rey Enrique III de Francia el 2 de agosto de 1589 hizo recaer formalmente la corona francesa sobre la cabeza de Enrique de Navarra, pero sólo fue reconocido como rey por los hugonotes. La Liga Católica, el Papa y el rey Felipe II de España se niegan a reconocerle como rey de Francia porque es protestante, y proponen al Cardenal Carlos de Borbón (que reinaría como Carlos X de Francia). En tales condiciones, la Liga, reforzada por la ayuda de España, le forzó a retirarse al sur del país y a convencerse de que tendría que acceder al trono por la fuerza de las armas. Aunque los protestantes consiguieron significativas victorias en las batallas de Coutras (1587), Arques (1589) e Ivry (1590), Enrique no pudo tomar París ante la poderosa intervención española al mando de Alejandro Farnesio.
Sin embargo, la intervención del Felipe II de España en los asuntos franceses (Felipe II de España, además de oponerse totalmente a que un protestante ocupara el trono de Francia, deseaba que su hija accediera al trono, ya que Isabel Clara Eugenia era nieta de Enrique II de Francia, por tanto sobrina de Francisco II de Francia, Carlos IX y Enrique III) dividió a los partidarios de la Liga Católica, facilitando finalmente a Enrique el acceso efectivo al trono francés, con la condición de que abjurara del protestantismo, una vez más.
Tras infructuosos esfuerzos, Enrique no logró hacerse con París, y en un acto de realismo político y accediendo a las condiciones del rey de España, dio ese paso el 25 de julio de 1593 convirtiéndose al catolicismo, momento en que se le atribuye la célebre frase:
«París bien vale una misa» (Paris vaut bien une messe)
.
Con ello quiere decir que en el fondo siguió siendo calvinista, disfrazado de católico sólo para llegar al poder.

Enrique IV fue un hombre compasivo y amado por su pueblo, pero también fue odiado por aquellos que se oponían a su política religiosa. Hubo varias tentativas de asesinato en las calles de París hasta que el 14 de mayo de 1610 el católico François Ravaillac comete el crimen, después de intentar hablar con el rey. Enrique IV venía de visitar a su Ministro de Finanzas que estaba enfermo y con el que tenía una gran amistad. Sale en su carruaje, atraviesa una calle pequeña, en la cual había dos carretas que le impedían el paso; de una de las carretas sale el asesino que le propina dos mortales puñaladas. (“y odiado Príncipe,”)

Fue sucedido por su hijo, Luis XIII de Francia, el cual durante su minoría de edad, hasta 1617, estuvo bajo la regencia de su madre, la Reina María de Médici.

Ahora hablemos de María de Médicis(“... su madre”) por otra parte (27 de abril de 1575, Florencia, 3 de julio de 1642) que fue reina de Francia de 1600 a 1610. Reina madre hasta su fallecimiento.

María fue la sexta hija de Francisco I de Médicis (1541–1587), Gran duque de Toscana, y de Juana de Habsburgo-Jagellón (1547–1578), archiduquesa de Austria.
Se casó con Enrique IV de Francia el 16 de diciembre de 1600 en Lyon. Bailarina de ballet, coleccionista, su mecenazgo contribuyó a desarrollar las artes en Francia. Cercana a los artistas de su Florencia natal, fue educada por Jacobo Ligozzi.

Fue madre de:
Luis XIII, rey de Francia (1601–1643)
Isabel de Francia (1603-1644)
Cristina de Francia (1606–1663), duquesa de Saboya
Nicolás de Francia (1607-1611)
Gastón de Francia (1608–1660), duque de Orleans (“El menor hijo”)
Enriqueta María de Francia (1609–1669), reina de Inglaterra

Y es justamente de Gastón de Francia es el menor hijo o hijo menor “del grande y odiado Príncipe,”


Gastón fue el tercer hijo y el menor de los hijos hombres de Enrique IV (1553 – 1610), y de María de Médicis era el benjamín de su hermano Luis XIII. Tras la muerte de Nicolás (1607 – 1611), segundo hijo de Enrique IV, Gastón pasó a ser el eterno segundón; con el título de duque de Anjou y más cercano como heredero del trono, se le llamaba Monsieur, como correspondía por ser hermano del rey, más tarde (1640) pasó a ser el “Gran Monsieur”, por oposición a su sobrino Felipe.
Culto y refinado, pero veleidoso e inconstante, Gastón de Orleans pasó su vida intrigando, primero contra el Cardenal Richelieu y después contra el Cardenal Mazarino. Estas conspiraciones fracasaron siempre por falta de un buen proyecto político por parte de Gastón; denunció, a menudo, a sus cómplices, después les hizo ejecutar (Ornano, Chalais, y Cinq-Mars).

En 1626, tras una conspiración fallida aceptó, a disgusto, el casarse con la riquísima María de Borbón, duquesa de Montpensier que le impuso Richelieu; recibió entonces como patrimonio los ducados de Orleáns y de Chartres, aumentados con el condado de Blois. Al año siguiente nació su hija:
Ana María Luisa, la Gran Mademoiselle (1627 - 1693),

La duquesa de Montpensier murió unos días después del parto dejando su fortuna a su hija. En 1629, Gastón intentó, en vano, casarse con María de Gonzaga, hija del duque de Mantua. En 1630 participó en la sublevación del duque Enrique II de Montmorency al mando de una armada de mercenarios e incitó el reino a la misma antes de huir, tras la derrota de Montmorency, en Castelnaudary. (“Y él ....cobardes.”). En 1632 se unió a la corte del duque Carlos IV de Lorena, príncipe tan iluso como él, que se encontraba en guerra contra Francia y se casó son su hermana Margarita de Lorena, de la que se había enamorado. En 1634 cerró, en secreto, un tratado con España.

En 1638 el nacimiento inesperado del delfín Luis, le privó de su rango de primer heredero de la corona; perdió su crédito financiero, y no pudo proseguir con la reconstrucción total que había empezado en el Castillo de Blois. En 1642, el Cincq-Mars que pretendía hacer de Gastón el teniente general del reino, fracasó. Tras la muerte de Luis XIII, Gastón de Orleans fue nombrado, precisamente, teniente general del reino; Ana de Austria se impuso en el Parlamento de París y tomó las riendas del poder.

Gastón se implicó en la Fronda, y Mazarino le envió al exilio, a su castillo de Blois en 1652 donde murió en 1660. (“Y él morirá allí donde caen los cobardes.”) Y se recuerdan de la ciudad de Blois lugar de intrigas y asesinatos. Como el asesinato de los hermanos Guisa. Blois es el lugar donde justamente donde se dejan caer los cobardes. (“Y él morirá allí donde caen los cobardes.”).

Retomando un poco la historia de María de Médicis

María de Médici no se entendía con Enrique IV. Sumamente celosa, no soportaba las aventuras femeninas de su marido, ni sus desaires; él la obligaba a relacionarse con sus amantes y además le escatimaba el dinero que necesitaba para cubrir todas las necesidades que su condición real le exigía. Las discusiones entre ambos eran frecuentes, seguidas por una relativa tranquilidad. María de Médici quería hacerse coronar oficialmente como Reina de Francia, pero Enrique IV, por diversas razonas políticas, iba posponiendo la ceremonia. Fue necesario esperar al 13 de mayo de 1610, fecha en la que se esperaba una larga ausencia del rey —Enrique partió para conducir una “visita armada” a fin de solucionar un problema político entre los príncipes del Sacro Imperio, y el caso de Cléves y Juliers—, para que la reina fuera coronada en Saint-Denis e hiciera su entrada oficial en París. Al día siguiente el rey fue asesinado.

Tras la muerte de Enrique IV, el 14 de mayo de 1610, María de Médici asumió la regencia en nombre de su hijo Luis XIII que aún no tenía 9 años, demasiado joven para poder reinar. La posición insegura de su regencia ante la nobleza del reino y sus vecinos europeos la obligó a romper con la política de Enrique IV. Destituyó a los consejeros del rey, pero no consiguió hacerse obedecer por los Grandes. Unos años más tarde, cuando María de Médici fue exiliada por su hijo, empezó a fraguarse la leyenda negra de María de Médici: se la acusó de haber procurado la riqueza y el poder de sus favoritos italianos, del despilfarro financiero causado por los derroches de la reina y su entorno, de la torpeza y la corrupción de su política que se había incrementado durante el gobierno de María de Médici. Por otro lado, la reina y su hijo no tenían buenas relaciones. Sintiéndose humillado por la conducta de su madre, Luis XIII organizó en 1617 un golpe de Estado en el que fue asesinado Concino Concini. Al tomar el poder, exilió a su madre en el Castillo de Blois.(Curioso nuevamente Blois- realmente un lugar de cobardes)

En 1619, la reina se escapó de su prisión y provocó una sublevación contra su hijo el rey (“guerra de la madre y del hijo”). El tratado de Angulema, negociado por el Cardenal Richelieu, solucionó el conflicto. Pero la reina madre no se sintió satisfecha y volvió a levantarse en armas contra su hijo con la ayuda de los Grandes del reino (“segunda guerra madre-hijo”). La coalición nobiliaria fue rápidamente derrotada en la batalla des Points-de-Cé por el rey, que perdonó a su madre y a los príncipes. Consciente de que no podía evitar la formación de complots en tanto que María de Médici estuviera en el exilio, el rey aceptó su retorno a la corte. María de Médici volvió a París, donde se dedicó a la construcción de su Palacio de Luxemburgo. Tras la muerte de Luynes, en 1622, se fue introduciendo de manera subrepticia en la política. Richelieu jugó, en esos momentos, un papel importante en la reconciliación entre madre e hijo, sugiriendo que ella pudiera incorporarse al Consejo del rey.

María de Médici continuó asistiendo a los Consejos del rey, según los consejos de Richelieu a quien introdujo como ministro del rey. Durante unos años, no se percató del poder e importancia que su cliente y protegido iba adquiriendo. Cuando se dio cuenta de ello, intentó derrocarle por todos los medios. Sin comprender aún el carácter del rey, creyó que le sería fácil obtener la destitución de Richelieu pero, después del famoso Día de los Engañados, el 12 de noviembre de 1630, Richelieu pasó a ser el primer ministro y María de Médici se vio obligada a reconciliarse con él.

Finalmente, María decidió retirarse de la corte. El rey, sabiendo lo intrigante que podía llegar a ser, la envió al castillo de Compiègne, desde donde trató de huir a Bruselas en 1631 donde pensaba encontrar ayuda para su causa. Refugiada con los enemigos de Francia, María fue privada de su condición de reina de Francia y, por consiguiente, de sus pensiones.
El fin de María de Médici fue patético. Durante años vivió al amparo de las cortes europeas en Alemania, después en Inglaterra, intentando crear enemigos contra el cardenal y sin poder regresar nunca a Francia.(“de duelo”) Refugiada en la casa natal de Rubens, murió en 1642, unos meses antes que Richelieu. (“su madre morirá bien triste y enflaquecida”)

El último verso dice “De lepra tendrá a los veinte años gran mancha.” Y con este verso se puede apreciar en toda su magnitud la capacidad de Nostradamus para despistar a todos los que han querido interpretarlo sin conocerlo y durante siglos.

Resulta que a Gastón de Francia se le llamaba “Monsieur”, como correspondía por ser hermano del rey, más tarde (1640) pasó a ser el “Gran Monsieur”.El concepto "Monsieur” es un título que refiere a ser el hermano que vive cerca del rey de Francia. Y en 1640 pasó a Gran Monsieur por el naciiento de su sobrino al que le empezaron a llamar le petit Monsieur. Curiosamente , y esto me encanta de Nostradamus, el título fue iniciado con todas sus regalías por Hércules, Duque de Anjou y de Alençon o Francisco posteriormente. Éste príncipe era el hijo menor de Enrique II y Catalina de Médicis Y siendo joven sufrió de viruela que le dejo profundas marcas en el rostro. Por tanto, la referencia que hace Nostradamus al decir “De lepra tendrá a los veinte años gran mancha.”se refiere a su título de “Gran Monsieur” en recuerdo de Hércules duque de Anjou y Alençon el primero en tener dicho título. Y el concepto “gran Monsieur” es una comparación con “ gran mancha”. O gran titulo que desciende de un “ manchado” . Según la historia, manchado por Viruela. Según Nostradamus manchado por Lepra..

Ahora bien, el titulo experimento una suerte de contraparte diferenciadora, Al nacer su sobrino Felipe este pasó a llamarse el pequeño monsieur y Gastón paso a tener el título de "El Gran Monsieur”

Recordemos que Felipe de Orleans y Austria (Philippe de France) (Saint-Germain-en-Laye; 21 de septiembre de 1640, † Saint-Cloud; 19 de junio de 1701) fue un príncipe francés de la dinastía Borbón, segundo duque de la casa moderna de los Orleáns. Felipe fue el segundo hijo del rey Luis XIII de Francia y de Navarra, y de su esposa la infanta Ana de Austria. Titulado duque de Anjou al nacer, denominado pequeño Monsieur, más tarde llamado realmente Monsieur, hermano del rey Luis XIV cuando éste ascendió al trono

Por tanto en 1640 al momento de nacer Felipe, es que se divide tácitamente el título de “Monsieur” en “gran Monsieur “ para Gastón de Francia y de “pequeño Monsieur” para Felipe. Y entre ese año, me refiero al año de nacimiento de Felipe en 1640 y 1660, el año de la muerte de Gastón hay justamente 20 años. Asombroso Nostradamus. Simplemente asombroso. (“De lepra tendrá a los veinte años gran mancha.”) La cuarteta ha sido aclarada.

VIII
La gran ciudad de asalto pronto y repentino,
Sorprendida de noche, guardia interrumpida:
Los centinelas y vigías, San Quintín,
Asesinados guardias y los portales rotos.

San Quintín?. ¿Se estará refiriendo a la Batalla de San Quintín?. Pero cuál dado que hubo 4 batallas llamadas de San Quintín:

Batalla de San Quintín de 1557 en el marco de las guerras italianas;
Batalla de San Quintín de 1810 en la Guerra de Independencia Española
Batalla de San Quintín de 1871 durante la Guerra Franco-Prusiana;
Batalla de San Quintín de 1914 en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial.

Hubo una quinta batalla que lleva el mismo nombre pero esa Batalla de San Quintín fue del 15 de enero de 859 cuando Hunifredo vence a las tropas de Luis el Germánico, pero aconteció mucho antes de las Centurias así es que la descartamos. Veamos a cual se refiere entonces.

Si observan bien, nos habla de una “gran ciudad”. Este concepto quizás nos hará descartar algunas de esas batallas. Veamos antes algo.

Reordenemos el primer verso para que sea fácil su lectura. Sólo reacomodaremos el concepto “ La gran ciudad”. Quedándonos:

“de asalto pronto y repentino, la gran ciudad
Sorprendida de noche, guardia interrumpida:”

¿“Sorprendida de noche”?. Obviamente “(la) guardia”( que ha sido) interrumpida”

Si observan bien el primer verso dice: “La gran ciudad de asalto...”. El concepto “de” define no que la ciudad esté siendo asaltada sino que desde ahí, es decir, desde la “gran ciudad” se llevará a cabo “(un) asalto pronto y repentino”..

El concepto “interrumpida” puede ser sinonimizado por obstaculizada, entorpecida. Al final del segundo verso notamos los dos puntos que ya sabemos que significa. Curioso que cuatro veces repita el concepto “guardia(s)” si consideramos los sinónimos también. Veamos: Nostradamus emplea en esta cuarteta los conceptos: “centinela” y “vigía”. Que son sinónimos de “guardia(s)”. Tal redundancia es clave para entender lo que está visionando el maestro. El concepto guardia, en definitiva nos lleva a pensar en una prisión, cárcel, lugar de confinamiento. El concepto “ portales” puede sinonimizarse por atrios, galerías, Pasillos, Pórticos incluso.

Si consideramos este evento y que el resto de las batallas no se relacionan con una “gran ciudad”, entonces, tenemos más que claro los dos últimos versos se refieren a la prisión de San Quintín en Estados Unidos. No así los dos primeros. Donde no tenemos a la vista una Gran ciudad cerca de San Quintín. Deduzcamos algo primeramente

Entonces si se refiere a una prisión. Pero, sabemos que hay muchas prisiones. En el mundo. Algo que quizás muchas veces he dicho es que si Nostradamus sabe de una ciudad la identificará mediante una suerte de paralelismo , sea este el nombre de un río, de una región más grande, de una montaña, etc. Sin embargo cuando no sabe o no la nombra es que esa ciudad está más allá de la geográficamente conocido por él. Ahora bien, todavía es mucho el espectro para ubicar una gran ciudad, por tanto debemos encontrar otra clave dentro de la misma cuarteta que nos acorte más la búsqueda. La clave en este caso es San Quintín. Si relacionamos una gran ciudad que no está en Europa, le sumamos San Quintín y además que se refiere a una prisión. Obviamente la cuarteta nos remite a los Estados Unidos.

Ahora lo obvio es que refiera a la cárcel de San Quintín en California, pero lo cierto es que en dicha Cárcel no hubo motines significativos e históricos como podría ser la batalla de Alcatraz, ocurrida en el penal- isla del mismo nombre y localizado al frente de la costa donde se ubica la gran ciudad de San Francisco. Sin embargo, analizado dicho evento no hay relación alguna con el concepto San Quintín.

Pero, si hay una relación más que estrecha entre La prisión de San Quintín y el motín de la cárcel de Áttica , curiosamente esta prisión ubicada en la gran ciudad de Nueva York.(“la gran ciudad”) Hecho ocurrido, al amanecer del día 9 de Septiembre de 1971, pero que se gestó en horas de la madrugada,. Durante la noche para ser más precisos.(“Sorprendida de noche”)

El motín de presos de Attica se produjo en la Instalación Correccional de Attica en Attica, Nueva York, Estados Unidos en 1971. El motín se basó en parte en las demandas de los reclusos para las condiciones de vida mejor. Hasta ese momento, a los reclusos se les daba una ducha a la semana y un rollo de papel higiénico por mes. El 9 de septiembre de 1971, (“de asalto pronto”) en respuesta a la muerte del prisionero, George Jackson, un preso negro radical de las panteras negras que había sido muerto a tiros por los guardias en la prisión de San Quintín de California el 21 de agosto, (“, San Quintín,”), armado y tratando de escapar. Unos 1.000 presos de 2.200 se amotinaron y tomaron el control de la prisión de Ática en Nueva York , manteniendo a treinta y tres guardias como rehenes. Dicho evento comenzó a gestarse en la madrugada del 09 de Septiembre.( “Sorprendida de noche”) El Estado comenzó entonces a negociar con los prisioneros. (“La gran ciudad de asalto pronto y repentino, “)
Durante los siguientes cuatro días de negociaciones, las autoridades acordaron 28 de las demandas de los prisioneros, pero no estaban de acuerdo con las demandas de amnistía completa a los prisioneros dado que existía un debido proceso penal anterior de cada uno de los prisioneros y que en definitiva por eso estaban en prisión Tampoco estaban de acuerdo en acceder a la eliminación de superintendente de la prisión de Ática. Bajo la orden del entonces gobernador Nelson Rockefeller, la policía estatal recuperó el control de la prisión. Cuando la revuelta había terminado al menos 39 personas resultaron muertas, entre ellas diez funcionarios de prisiones y empleados civiles Dejemos esta historia hasta aquí y analicemos algo primeramente.

No nos olvidemos de los dos puntos al final del segundo verso, Esto nos indica que a partir del hecho mostrado en los dos primeros versos, el hecho en el tercer y cuarto verso se desprende o quizás es causa del primero. Para que no nos confundamos. El motín de la cárcel de Áttica se deduce a partir del intento de motín de San Quintín.

Se recuerdan que habíamos dicho que George Jackson, era un preso negro radical, miembro de las panteras negras que había sido muerto a tiros por los guardias en la prisión de San Quintín de California el 21 de agosto, (“, San Quintín,”). Vayamos a leer sobre que aconteció previamente:

El 7 de agosto 1970 el hermano de George Jackson, Jonathan Jackson, a los 17 años de edad, irrumpió en una corte del condado de Marin con un arma automática, liberando a tres convictos de la cárcel de San Quintín, y tomando al juez Harold Haley, al vicefiscal del distrito Gary Thomas como rehenes junto a tres miembros del jurado para exigir la libertad de los "Hermanos de Soledad". Las armas habían sido compradas por Angela Davis.

El juez Haley, Jonathan Jackson, y los prisioneros William Christmas y James McClain fueron asesinados cuando trataban de huir de la corte. El testimonio de un testigo presencial sugiere que Haley fue alcanzado por el fuego de ya que llevaba una escopeta recortada que había sido atada a su cuello con cinta adhesiva por los secuestradores. Thomas, el prisionero Ruchell Magee, y uno de los miembros del jurado fueron heridos. El caso fue noticia nacional.
Ruchell Magee, el único sobreviviente entre los militantes que atacaron el tribunal, fue declarado culpable por secuestro y por el asesinato de Haley y condenado a cadena perpetua, que está cumpliendo en la prisión estatal de Corcoran, y ha perdido numerosas peticiones para su libertad condicional

El 21 de agosto de 1971, tres días antes de que fuera a juicio, George Jackson, hermano de Jonathan de 29 años de edad fue asesinado a tiros en la prisión de San Quintín. Intentando escapar. Y este hecho si es el que nos interesa porque es el que alude en los dos últimos versos.
De acuerdo con el estado de California, el abogado y activista Stephen Bingham había introducido una pistola oculta en una grabadora de cinta en la cárcel y se la entregó a Jackson, quien se encontraba en el centro correccional de San Quintín a la espera del juicio por el asesinato de un guardia de prisión. El 21 de agosto de 1971, Jackson, de acuerdo con el Estado, utilizó una pistola astra de 9 milímetros, semi – automática, para hacerse con el control del Centro correccional San Quintín.(“.. y los portales rotos.”) Seis personas murieron, entre ellos los guardias de prisiones Jere Graham, Frank De León and Paul Krasnes, (“Asesinados guardias”) dos prisioneros blancos, y el propio Jackson. (“Los centinelas y vigías, San Quintín,”)

Aproximadamente a las 8:20 A.M., según las autoridades del recinto, del día Jueves 9 de septiembre 1971, 5 grupos de prisioneros se alinearon para la numeración a viva voz.. Habían rumores que uno de sus compañeros iba a permanecer en su celda y que lo iban a torturar después de haber sido aislado por un incidente relacionado con un asalto a un funcionario de prisiones, un pequeño grupo de 5 presos protestó diciendo que ellos también permanecerían arriba, y comenzaron a caminar de vuelta a sus celdas.

El resto de los presos continuó camino hacia el desayuno. Cuando el grupo pasó protestando por delante del recluso aislado, fueron capaces de liberarlo de su celda. Ellos después se reunieron con el resto de los presos y prosiguieron su camino a desayunar. Poco tiempo después, cuando el personal de mando descubrió lo que había ocurrido, cambiaron la programación habitual de los presos. En vz de ir al patio, después del desayuno como solían hacerlo, los prisioneros dieron cuenta de que eran conducidos a sus celdas. Las denuncias llevaron a la ira cuando el oficial correccional trató de calmar a la multitud de prisioneros. Él fue asaltado y comenzaron los disturbios. (“guardia interrumpida:”). El Oficial Quinn en la sala central de control de los túneles telefoneó para solicitar ayuda cuando vio lo que estaba sucediendo en el túnel. Sin embargo, siguió recibiendo la señal de teléfono ocupado. Entonces, un mafia de presos lograron entrar a la sala de control y le golpearon hasta dejarlo inconsciente con el mango del teléfono de disco. Este funcionario más tarde moriría de las heridas recibidas a manos de los internos. (“Asesinados guardias”)
Los internos rápidamente tomaron el control de algunas secciones, El patio D, dos túneles, y la sala central de control, Time Square. Los presos tomaron cuarenta y dos oficiales y civiles como rehenes y emitieron una lista de quejas, exigiendo que sus necesidades debían cumplirse antes de su rendición. En una instalación diseñada para soportar 1.200 presos y en realidad donde vivían 2.225, la suya era una lista considerable. Ellos sentían que les habían sido ilegalmente negado sus derechos y condiciones de presos, ilustrado estas demandas con ejemplos que sólo se les permitía una ducha por semana y un rollo de papel higiénico por persona por mes

Los presos siguieron negociando sin éxito con el Comisionado de Servicios Correccionales Russell G. Oswald, y más tarde con un equipo de observadores que incluía a Tom Wicker, un editor del New York Times, James Ingram de la Crónica de Michigan, el senador estatal John Dunne, representante del estado Arthur Eve, el abogado de derechos civiles William Kunstler y otros, incluyendo miembros de Nación del Islam, como Louis Farrakhan.La situación podría haber sido aún más complicada para entonces por la negativa del gobernador Nelson Rockefeller para llegar a la escena de los disturbios y de reunirse con los internos, aunque algunas evaluaciones posteriores del incidente han postulado que su ausencia en la escena de los hechos, impidió que la situación se deteriorara más.

Las Negociaciones se rompieron y Oswald comunicó a los internos que no podía negociar con ellos más y ordenó que debían entregarse. Oswald más tarde llamó por teléfono al gobernador Rockefeller y otra vez le rogó que concurriera a la cárcel para calmar los disturbios. Tras la negativa del gobernador, Oswald ordenó que la policía debía recuperar por la fuerza las instlaciones penitenciarias Rockefeller estuvo de acuerdo con la decisión de Oswald. Este acuerdo sería más tarde criticado por una comisión creada por Rockefeller para estudiar el motín y sus secuelas

A las 9:46 A.M. el Lunes, 13 de septiembre 1971 los gases lacrimógenos se dejaron caer en el patio y policías estatales de Nueva York abrieron fuego sin parar durante dos minutos a través del humo. Entre las armas utilizadas por los soldados estaban las escopetas recortadas, que condujeron a herir y a asesinar indiscriminadamente a rehenes, internos que no estaban resistiendo en el motín y a los reclusos amotinados. A los ex oficiales de prisión se les permitió participar de una decisión que más tarde se llamaría "inexcusable" por la comisión creada por Rockefeller para estudiar el motín y sus secuelas. Para el momento en que se recuperó las instalaciones, nueve rehenes y veintiocho internos habían sido asesinados .
La cifra final de muertos por los disturbios que incluye el oficial herido fatalmente en el inicio de los disturbios y cuatro reclusos muertos cuando "la justicia" se administró a los reclusos sobrevivientes. Nueve rehenes murieron por disparos de los policías estatales y soldados. La comisión Especial del Estado de Nueva York sobre Áttica escribió: "Con la excepción de las masacres indígenas en el siglo 19, la Policía de asalto Estatal que terminó con los levantamientos de cuatro días de la prisión fue el día más sangriento entre estadounidenses desde la Guerra Civil"
Finamente esto explicaría el excesivo uso del concepto “guardia(s)”no creen?. Los conceptos “Gran ciudad, San Quintín, Centinela, vigías, guardias, portales rotos" les podrían decir otra cosa?. Interesante Nostradamus una vez más. La cuarteta ha sido aclarada.

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