En mi anterior análisis sobre la estructura de las Centurias les señale que Nostradamus había construido tal obra configurándola bajo 7 leyes. Leyes que desentrañan todo el misterio que les acompaña. Al comprender estas 7 leyes, una a una las cuartetas van develando su verdadero sentido y su intencionalidad.
Sin embargo, existe una 8ª ley, una a la que llamaré “ley de diferenciación”. No la incluí,
como parte de las llamadas “Las Crónicas del Viajero: Las 7 leyes
Nostradámicas” inicialmente, porque desde el principio de mi investigación la
entendía como “licencias” que el maestro se procuraba, a fin de expandir el
sentido de cada una de las cuartetas, sin embargo, tales “licencias” no eran
tales.
Veamos por qué: Buena parte de los Exegetas se ocupan de la
repetición de palabras dentro de las estructuras Nostradámicas. Al leer una
buena cantidad de sus estudios, a través de las épocas, me dí cuenta que
mantenían, en rigor, cierta línea común: El uso de las palabras repetidas.
Los exegetas creyeron ver en las palabras repetidas ciertos
patrones que podrían entenderse como “conjuntos
temporales o temáticos”, esto es, que podían reunirse a partir de ese patrón
dentro de un período histórico. Sin embargo, tal cosa es una de las mayores
estupideces entre muchas que los exegetas nos han entregado. De ahí que incluso
tal forma de ver las cosas los hizo reagrupar en muchos casos cuartetas. pudiendo
elucubrar en torno a hallar patrones numéricos a partir de una idea
principal: Que la intencionalidad del desorden de las cuartetas que el mismo Nostradamus menciona en una de sus epístolas establece que dentro
de ellas podría esconderse una suerte de “clave maestra o numerológica” que, en definitiva,
develaría las Centurias.
Una cosa más: ¿Por qué creen que Nostradamus desordenó
intencionadamente las cuartetas? Un grupo no menor de detractores, creen que
forma parte de un intrincado entramado dispuesto a fin de esconder una suerte
de clave o relación matemática que al utilizarla reordenaría las cuartetas de
otra manera. Sin embargo ello es otra de las estupideces a la que nos han
acostumbrado estos "estudiosos". La verdad es otra: La propia
ocultación que nos permite la etimología y todos los demás recursos
(mitológicos, históricos, geográficos, idiomáticos, etc) ya es más que
suficiente. ¿Para qué más?
Comprendamos algo:
Cuando alguien es “arrastrado” a observar visiones del futuro,
estas actúan como una película constante, lineal donde no existe retroceso ni
avance ni pausa. Esto hace que deduzcamos que el observador o bien tenga que memorizar
esa misma linealidad que observa o bien la escriba en un modo coloquial rápido
pero entendible para luego trabajar esos escritos de manera más profunda y
pausada.
Lo primero nos indica que es imposible tal memorización lineal y más
imposible todavía si esta abarca 3.797 años y bajo una precisión en los detalles realmente
asombrosa. Si le sumamos a esto que cada una de esas unidades memorizadas
contiene inteligentes y algunas veces irónicas comparaciones histórico -. Temáticas
y que utiliza elementos etimológicos con intención de ocultarlas, entonces
deducimos de inmediato que bajo ningún punto de vista Nostradamus usó su
memoria sino más bien, se hizo acompañar con un libro de notas o algún elemento
que recopilara lo que estaba observando.
Es decir, la primera acción es Observar, la segunda es tomar nota.
Esto conlleva que en su pequeño estudio pudiera con todo el tiempo del mundo
corregir esas notas y construir adecuadamente sus cuartetas. Peo de inmediato
se deduce que si fue lineal lo que vio fue lineal lo que escribió.
¿Pero qué significa que fue lineal lo que escribió?. Que sus notas
fueron escritas a medida que él iba observando los sucesos futuros. De tal modo
que todas sus potenciales notas fueron consecutivas. Una tras otra y del mismo
modo las fue, con más tiempo y dedicación puliéndolas y construyéndolas del
mismo modo.
Esto hace que una vez efectuado el ejercicio de mejoramiento de
sus notas preliminares estas quedaran lineales, es decir, serían todas
consecutivas, temporalmente hablando. En pocas palabras serían consecutivamente
cronológicas.
Siguiendo con esta idea, convendría señalar, que las
palabras repetidas a través de las cuartetas de Nostradamus, justifican y
avalan totalmente lo que siempre he señalado. Que Nostradamus emplea la Etimología como base
estructural, dado que es el origen de las palabras las que mantienen un solo
hilo conductor a través de los tiempos y de las sociedades. Nostradamus lo
plantea abiertamente en una de sus cartas dirigida a Enrique II
Veamos un extracto: “Pero
el peligro de los tiempos, OH Rey más sereno, requería que tales secretos no
debían ser expuestos excepto en oraciones enigmáticas, teniendo sin embargo,
sólo un razonamiento y sentido, y nada ambiguo o anfibológico insertado”
Esto último es interesante, veamos: Comprendamos qué
significa “ambiguo” y qué significa “anfibológico”. La R. A. E. (Real Academia
Española) entiende por ambiguo, que deriva del latín ambigŭus.
Adjetivo. Dicho especialmente del lenguaje: Que puede entenderse de varios
modos o admitir distintas interpretaciones y dar, por consiguiente, motivo a
dudas, incertidumbre o confusión. Anfibológico deriva de anfibología. Derivada
del latín amphibologĭa, y este del griego. Refiere a
ambiguo, equívoco.
De doble sentido, vicio de la palabra, cláusula o manera de
hablar a que puede darse más de una interpretación. En
retórica, figura que consiste en emplear adrede voces o cláusulas de doble
sentido.
Entonces, preguntémonos, ¿cómo podría Nostradamus asociar un
hecho histórico a un concepto inequívoco, si a través del paso del tiempo y de
las sociedades, las palabras van sufriendo acepciones o sentidos distintos? La
respuesta es de una simpleza increíble: La única manera de qué éstas (las
palabras) no pierdan su acepción única o su único sentido, es recurriendo al
origen de ellas. Comprendamos que pese a la utilización que se haga de cada
palabra dentro del lenguaje a través de las épocas y de las sociedades, lo
único que permanece es el origen de ésta. De ahí que Nostradamus nos señale: “…teniendo sin embargo, sólo un
razonamiento y sentido, y nada ambiguo o anfibológico insertado…”
Ahí emerge el valor que tiene la etimología. La etimología
nos da eso. El origen de cada palabra. Con lo que damos cumplimiento a lo
señalado por Nostradamus. Aquello me hizo visualizar que existía un eje
fundamental para entender la obra enigmática del maestro y lo señalé como uno
de 7 ejes.
Ahora bien, de ahí, entonces, que las palabras repetidas en
definitiva no están dispuestas para fomentar la idea de que pertenecen a
conjuntos temporales (relativos a determinado tiempo o época) o agrupaciones
temáticas ( a determinados acontecimientos) como usualmente lo han pensado los
que se dicen exegetas. Pero,¿por qué Nostradamus, entonces recurre a palabras
repetidas en sus cuartetas?
Lo primero que debemos comprender es que el entorno
académico – cultural del maestro era elevado. Sui propia educación, comprobada,
le hacía no sólo comprender idiomas como Hebreo (pues era de origen judío) sino
que idiomas como el latín, griego y quizás muchas otros. Sin embargo pese a ese
elevado conocimiento y acceso a ese conocimiento (que incluye el esotérico) que
hubiera constituido el entorno académico – cultural de Nostradamus, no debemos
perder de vista que estamos hablando de un entorno que se ubica entre los años
1503 y 1566.
Pero, ¿qué tiene que ver ese entorno cultural con la
utilización de palabras repetidas que asoman en su obra?
Lo segundo que debemos comprender es que como señalé, Nostradamus,
tiene una mente del siglo XVI por tanto, ¿cómo podría conceptualizar sucesos o
acontecimientos futuros que se acompañan de territorios nuevos (América –
Australia, por ejemplo) de países Nuevos (Estados Unidos, Cuba, Chile, por
ejemplo), inventos nuevos: telégrafo, televisión, radio, etc. Armas nuevas:
ametralladora, tanques, aviones, submarinos, portaaviones, etc. Vehículos
nuevos_ automóviles, trenes, buses, etc. Formas de gobierno Nuevas: Comunismo,
fascismo, Nazimo. Estoy preguntando ¿cómo un hombre del siglo XVI podría
conceptualizar tales eventos que se acompañan de cosas nunca antes vistas por
un ser humano? Cosas que son de un futuro que quizás abarquen más de 1.000
años.
Cuando señalo conceptualizar, estoy hablando de palabras ¿qué
conceptos o palabras podría utilizar, el maestro, para significar esos eventos
y esos artilugios que le acompañan? Comprendamos que no existe en su época ni
anteriores, en su entorno académico - cultural ningún concepto para significar
visiones del futuro. Pues no existen. Entonces,
¿Cómo puedo pretender entender aquello si no tengo manera de comprenderlo dentro de mi lenguaje?
Es ahí, entonces, que recurro al origen de las palabras entre otras cosas. Sin
embargo, ello me es insuficiente por sí solo, y recurro a la mitología, a otros
idiomas, a la astrología, etc. La combinación de esto, en su justa medida,
origina, entonces, el ambiente enigmático de cada cuarteta. De ahí que no le hace falta a Nostradamus
ocultar todavía más lo que intenta decirnos. Mediante simbolismos, anagramas y
otras estupideces que le asignan los estudiosos de siempre.
Por ello, en definitiva, Nostradamus repite ciertas palabras
en sus cuartetas. Porque no existen otras palabras de origen griego o latino,
que aquellas que ocupa para conceptualizar ciertos eventos y sus entornos y que
más se aproximen a la idea que necesita.
La utilización de palabras repetidas se debe a su falta de
conceptos, para definir los eventos y sus entornos que visiona. Ello tampoco
refiere directa o indirectamente a que se trate de un mismo evento y su entorno
respectivo para construir “conjuntos temporales o temáticos”,.
Únicamente, hay elementos en ese evento o suceso histórico y su entorno que se
identifican mejor bajo ese concepto o la combinación de éste con otro. Ya que
no hay otro que se aproxime mejor. Y muchas veces una cuarteta en nada se
relaciona con otra, pese a que utilizan un mismo concepto. Lo único cierto en
torno a la repetición de conceptos es que debemos repetir su mismo significado,
aunque sean cuartetas distintas para descubrir lo que realmente quiso
decir. Esa es la verdad.
Pero, ¿cómo diferenciamos una cuarteta de otra cuando ambas utilizan los mismos conceptos?
La respuesta a esta pregunta es justamente la 8ª ley nostradámica como la denomino
y que motivó esta “Crónica del Viajero VII”.
LA 8ª LEY
Si toman al azar varias cuartetas podrán observar de
inmediato que cada una de ellas contiene ciertas palabras que suelen ser
únicas. Estas palabras jamás se repetirán en cuarteta alguna. Esas palabras
definen la relación rimática que tiene la cuarteta que asoma como llamé en su momento, un
antagonismo temático. En definitiva, esos conceptos no repetidos le entregan la
diferenciación con respecto a otras
cuartetas y abren el antagonismo temático.
Es decir complementa la 6ª ley nostradámica. La 8ª ley es válida en
todas las Centurias.